El Equipo de Servicios de Traductores e Intérpretes (ESTI) fue creado el 23 de octubre de 1973 a partir del Acuerdo No. 306, adoptado por el Consejo de Ministros de la República de Cuba, ante la necesidad de disponer de un colectivo de traductores e intérpretes calificados que pudieran prestar estos servicios en cualquier tipo de eventos nacionales o internacionales.
Los antecedentes del ESTI se remontan a apenas tres años después del triunfo de la Revolución, cuando se crea el sistema de becas y se inicia la formación de traductores e intérpretes en el Instituto “Pablo Lafargue”, fundado con un grupo de estudiantes del naciente Instituto “Máximo Gorki”, concebido para formar docentes. Se prepararon entonces, durante un corto período de tiempo, los primeros especialistas en ruso, inglés, alemán, francés y checo. Años más tarde se comenzarían a formar traductores e intérpretes en 13 idiomas.
Con posterioridad, en distintas etapas, el propio Instituto “Máximo Gorki”, el Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona” y el Instituto Superior de Lenguas Extranjeras, la facultad de Lenguas Modernas y la de Lenguas Extranjeras de la Universidad de La Habana, continuaron formando docentes que extendieron la enseñanza de idiomas a todo el país.
Un grupo de jóvenes, algunos egresados de estas instituciones, otros que habían aprendido idiomas en otros países y con el apoyo de amigos extranjeros que residían en Cuba, constituyeron entonces el Departamento de Congresos del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, para dar respuesta a la creciente necesidad de servicios de traducción e interpretación en la atención a delegaciones y en la organización de eventos internacionales.
La Conferencia Tricontinental, en 1966, por su magnitud y trascendencia, marcó el inicio de los servicios de interpretación de conferencias en Cuba como una especialidad, y sentó las bases para que el 23 de octubre de 1973, por acuerdo del Consejo de Ministros, se creara el Equipo de Servicios de Traductores e Intérpretes (ESTI). En aquel momento era solo un pequeño grupo de trabajo, sucesor de aquel Departamento de Congresos en el empeño de ofrecer, de manera organizada, con la especialización necesaria y bajo la dirección directa del Gobierno, unos servicios que eran ya indispensables para el país y cuya demanda crecía bajo el influjo de una mayor presencia de la Revolución en las relaciones internacionales. El ESTI, finalmente, devino la institucionalización de una importantísima actividad que ya se desarrollaba desde los primeros años de la Revolución, en momentos en que el enemigo y sus aliados fortalecían sus presiones para intentar el aislamiento de nuestro país.
La formación de especialistas en lenguas extranjeras en Cuba permitió que diferentes organismos del Estado pudieran contar con los servicios de traductores e intérpretes, mientras el ESTI concentraba su atención en las actividades de mayor rigor profesional, incluidas numerosas reuniones internacionales que se efectuaban en Cuba y en otros países; las misiones del nivel central y la atención que en este perfil de trabajo requería la alta dirección del país.
En la primera etapa luego de su fundación, hubo tres momentos que pusieron a prueba la capacidad de respuesta del ESTI
El Primer Congreso del Partido, en 1975El XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en 1978 y
La VI Conferencia Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, en 1979.
El período especial marcó una etapa difícil para los servicios de traducción e interpretación en general, al disminuir significativamente la demanda de trabajo, por la drástica reducción de las relaciones con los países que formaron el campo socialista. Entonces, en una formación que concebía inicialmente el estudio de dos lenguas extranjeras, se promovió el estudio de una tercera lengua y se desarrollaron aquellos idiomas antes menos solicitados y cuya demanda ahora crecía.
Pasada la etapa más difícil del período especial, el ESTI inició un período de consolidación dando muestras de su capacidad para enfrentar las misiones que le fueron encomendadas, en especial, en el marco de la Batalla de Ideas.
A partir del 4 de octubre de 2012, por decisión del Gobierno, el ESTI pasó a la subordinación del Ministerio de Relaciones Exteriores, como unidad presupuestada adscrita, momento desde el cual se ha venido trabajando de conjunto en el diseño e implementación de una estrategia de superación y desarrollo de los traductores e intérpretes, con el objetivo de alcanzar los niveles de excelencia que todos anhelamos y que el momento actual exige.